Domaine de B.

Soturac
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Creado en 1989 por el propietario de una prestigiosa casa de coñac, el Domaine de Bonaguil se encuentra entre Lot, Lot-et-Garonne y Dordogne en las alturas del Château de Bonaguil, que se puede encontrar en otras partes de la etiqueta de nuestros vinos. Encaramado a una altitud de 230 metros, en el corazón del Domaine que cubre 26 hectáreas, el viñedo de más de nueve hectáreas prospera entre pinos, robles y castaños, en los límites de Bouriane y el departamento de Lot. Reestructuración patrimonial en 2017 Dejado gradualmente en manos de la naturaleza durante unos años, el Domaine fue comprado en julio de 2017 por una pareja checa, Barbora y Daniel Donath, que se enamoraron del lugar. Acompañados de sus dos hijas, querían formar parte del tejido económico local e integrar a la perfección el cultivo de la vid en su especial entorno. El viñedo, casi abandonado, ha sufrido una profunda reestructuración para permitir que las cepas, plantadas cuando se creó el Domaine en 1989, recuperen su esplendor, pero siempre con un profundo respeto por la naturaleza circundante. Nuestra filosofía Así, a la llegada de la familia Donath y bajo la supervisión de un consultor de Burdeos experimentado e inspirado por la naturaleza, Patrice Hateau, se restableció la formación, se reanudó la siembra temporal y el arado poco profundo y se plantó el viñedo para reemplazar todas las vides faltantes. La permacultura y la agrosilvicultura han estado abundando, estas formas tradicionales de uso de la tierra consisten en diferentes cultivos que se cultivan al mismo tiempo en la misma tierra. Las cepas han recuperado su antiguo vigor y parecen felices con esta renovación. Un equipo cuidando el viñedo Los Donath han hecho que el equipo de Domaine quiera hacerlo bien transmitiendo respeto por el lugar y sus actores. Los hombres y mujeres de la viña se toman el tiempo, observan y adaptan sus gestos y prácticas para magnificar las vides y la naturaleza omnipresente. Los viticultores de Bonaguil, con los dos pies en las viñas, conocen la armonía del frágil lugar y operan con delicadeza para mantener el equilibrio de este pequeño paraíso verde.