adega A.

Doade
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Viñedo En las montañas de Ribera sacra se encuentran todos nuestros viñedos, algunos de ellos con un espectacular desnivel de 85 grados junto a la ribera del río Sil. Trabajamos únicamente con variedades autóctonas, y basamos nuestra producción íntegramente en uvas de viñedos propios, que se benefician de unas condiciones microclimáticas excepcionales para la elaboración de uvas gallegas de primera calidad. También trabajamos con una amplia gama de uvas, ya sean variedades blancas como Godello, Treixadura, Albariño y Loureiro o tintas como Mencía, Caíño, Sousón, Brancellao y Merenzao. Nuestro primer objetivo es priorizar la calidad sobre la cantidad, creando así un vino genuino que remarca la identidad única de esta región. Clima La diversidad es la clave de nuestro clima. La viticultura de montaña es caprichosa, las laderas se ondulan en diferentes orientaciones siguiendo el sinuoso del río, lo que provoca una gran riqueza microclimática. Gracias a la pendiente de las pendientes es posible encontrar en un mismo punto del río dos laderas enfrentadas entre sí, con orientaciones opuestas. Dos temperaturas diferentes, dos climas diferentes. A lo largo del curso del río estas dos orientaciones varían prácticamente abarcando todos los puntos cardinales. Diferentes orientaciones para diferentes perfiles de vino. Suelos Junto a las variedades de uva, los principales protagonistas de nuestros vinos son los suelos. Dependiendo de donde nos ubiquemos encontraremos diferentes composiciones geológicas. En las soleadas y escarpadas orillas del Amandi, la pizarra y el esquisto son los minerales más predominantes, que aportan tensión y fuerza a la Mencía que allí cultivamos. En las laderas de Cortezada, los suelos están formados por cuarzo y gneis, que aportan mayor frescura y ligereza a las variedades blancas que plantamos en estos viñedos. Las cepas plantadas en cada zona se empaparán de los matices que les aporta cada terreno, manteniendo la esencia de cada terruño.